2012/08/01

GRAN CHACO: ORÍGENES REPUBLICANOS



Según refieren los testimonios de los expedicionarios criollos de Tarija, en 1733 el hoy Gran Chaco se integraba por caseríos chiriguanos como Itavicua, Yaguacua, Aguayrenda, Busuy, Sanandita, Zapatera, Caraparí y Yacuiba.

Un siglo más tarde, el 15 de noviembre de 1832, el presidente Andrés de Santa Cruz creó la provincia Salinas conformada por los cantones San Diego, Busuy, Sanandita, Zapatera y Caraparí.


El 22 de noviembre de 1841, el Presidente José Ballivián Segurola mediante Decreto distribuyó tierras gratuitamente en el despoblado Chaco sobre las márgenes del río Pilcomayo, a los oficiales y soldados ex combatientes de la Batalla Ingavi, ganada cuatro días antes a la República del Perú.

Otra ley del 9 de marzo de 1872 emitida por el Presidente Agustín Morales, trasladó la capital de la provincia Salinas, de Entre Ríos (La Moreta) a Caraparí. El 31 de marzo del mismo año, se creó el Distrito Territorial Gran Chaco con capital Caiza, al mando de un Jefe Supervisor Político Militar.

Presidente Hilarión Daza, creador
de la provincia Gran Chaco.
En tiempos en que regionalmente los guaraníes y tobas se sublevaban permanentemente contra la tiranía de Prefectos y Subprefectos de Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz, el Presidente Hilarión Daza dictó mediante Decreto Supremo el 12 de agosto de 1876, la creación de la provincia Gran Chaco con Caiza como capital y los cantones Caraparí, Itaú, Yacuiba, Tartagal “y las misiones de nueva fundación a la margen occidental del río Pilcomayo”

Más tarde, el 19 de octubre de 1880, el Presidente Narciso Campero dispuso el traslado de la capital Caiza a Yacuiba, y se crearon los cantones Aguayrenda, Itiyuro y Zapatera.

Posteriormente, una ley del 19 de agosto de 1883 reafirma y ordena la provincia Gran Chaco, integrada por Villa de Caraparí – capital de la Segunda sección- y los cantones Caiza Itaú y Aguayrenda, y los vice cantones Itiyuro, Tartagal, Zapatera y la capital Yacuiba.

La posterior derrota política – diplomática boliviana tras la contienda bélica con Paraguay, determinó que Tartagal e Itiyuro pasen a jurisdicción argentina, dejando de pertenecer a la provincia Gran Chaco de Bolivia.

Con otro Decreto Supremo, el presidente Ismael Montes estableció el 27 de diciembre de 1905, un Centro Civil y Administrativo en la misión de San Francisco Solano para residencia de civiles y militares, con el nombre de Villamontes, estableciendose además como Sede del Delegado Nacional de Colonias.

La Tercera sección de la provincia Gran Chaco con Villamontes como capital y los cantones Tarairí, Chimeo, Capirenda, Tigüipa, Caigua, San Antonio de Padua, Esmeralda, Ibibobo e Igüaro, fue creada el 27 de agosto de 1937 mediante Decreto Supremo por el Presidente Germán Busch.

La historia deja sentado que antes del 12 de agosto de 1876, las hoy provincias Gran Chaco y O’Connor constituían una sola unidad político – administrativa llamada provincia Salinas, es decir, lo que hoy son los municipios Yacuiba, Caraparí, Villamontes y Entre Ríos, con sus respectivos cantones.

Los originarios guaraníes y la Guerra del Chaco

Originarios guaraníes del Gran Chaco.
Después del genocidio perpetrado (1892) bajo la presidencia del empresario minero y oriundo de Tarija, Aniceto Arce, por el ejército republicano contra el pueblo guaraní en la memorable Batalla de Kuruyuki, los planes de colonización del Chaco proliferaron.

La Iglesia como arma de conquista.
Fueron los hacendados ganaderos junto al Ejército y con el apoyo eclesiástico de jesuitas y franciscanos, los que terminaron de someter y desalojar hasta casi exterminar a los indígenas guaraníes conocidos desde tiempos de la colonización española, como los “belicosos chiriguanos”. Ya los incas habían conocido el temple guerrero de los chiriguanos.

El inicio de la Guerra del Chaco significó el desplazamiento masivo de guaraníes a la Argentina y mayoritariamente al Paraguay. De la población indígena no desplazada, cuentan mayoritariamente los tobas, tapietes y matacos que inmediatamente fueron utilizados por el Ejército boliviano como zapadores, guías y navegadores del río Pilcomayo.

El final de la contienda bélica se tradujo en la transculturación del Chaco, debido a la fuerte presencia aymara y quechua que se estableció en la región durante la post guerra, a consecuencia de la lenta desmovilización de tropas. Como el resto del Chaco, la provincia Gran Chaco tiene un alto grado de mestizaje como resultado de la guerra.

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